Mirad este poema tradicional chino:
Y ahora, leed el principio de este otro de Miguel Hernández, un poeta español del siglo XX:
Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.
Membrillos, melocotones, pomelos, limones... (no sé si las sandías también sirven)
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